El Consorci de Salut i Social de Cataluña (CSC) celebró ayer un nuevo encuentro del ciclo "Jueves Innovadores", que giró en torno a la aplicación de las tecnologías cuánticas en el mundo médico. Para abordar esta cuestión, contamos con Anna Sanpera, profesora de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA). La sesión fue moderada por el director general de InnoHealth Academy, Joan Cornet, y el director del Área de Innovación y Partenariado del CSC, Antoni Gilabert.

La profesora Sanpera inició su intervención introduciendo algunos conceptos básicos, como por ejemplo las teorías de la mecánica newtoniana y del electromagnetismo. Seguidamente, hizo un repaso de la evolución de la física cuántica, que se inicia con la primera revolución cuántica con el uso y la aplicación práctica de láseres, transistores (móviles, ordenadores,...) resonancias magnéticas o relojes cuánticos. Actualmente, nos encontramos en la segunda revolución cuántica, que se estructura en cuatro grandes campos: computación, comunicación, sensores y simuladores cuánticos.

A continuación, se centró en la mecánica cuántica, basada en la dualidad ola-partícula. "Todo el que conocemos se puede comportar como una partícula con una masa concreta (por ejemplo, una piedra) o como una ola sin demasiado (por ejemplo, el sonido) dependiendo de las condiciones en las cuales nos encontramos", señaló. Aun así, por los objetos demasiado grandes, como por ejemplo los humanos, esta dualidad es imperceptible, por eso el uso y aplicabilidad de la mecánica cuántica se centra a niveles más pequeños como átomos o electrones, donde este comportamiento dual entre ola o partícula es más elevado. Según explicó, la principal ventaja de las tecnologías cuánticas es la precisión y la rapidez para hacer los cálculos. "Podríamos llegar a contar, incluso, los cabellos de toda la población mundial, equivocándonos solo de uno", ejemplificó.

En cuanto a las aplicaciones en medicina, Sanpera aseguró que los adelantos más inmediatos se harían en el campo de los sensores cuánticos, avanzando con la imagen médica, en que dispondríamos de aparatos "mucho más precisos, más pequeños y, por lo tanto, menos invasivos". De hecho, ya hay prototipos que utilizan estas tecnologías para hacer encefalogrames a niños, que no requieren que el paciente esté quieto, y prototipos para llevar a cabo electrocardiogramas, los cuales permiten detectar arritmias con gran precisión. La segunda posible aplicación directa sería hacer uso de la simulación cuántica, manipulando átomos de forma controlada para crear nuevos materiales o fármacos para que tengan propiedades específicas. Por este último punto, Sanpera es del parecer que, a pesar de que ya hay muchas empresas que están trabajando, todavía se tardará a introducir fármacos cuánticos.

Esta sesión del ciclo "Jueves Innovadores" fue coorganizada con Innohealth Academy, gracias al patrocinio de Boehringer Ingelheim. El objetivo del ciclo es reunir agentes innovadores del sistema de salud y de la sociedad en general para compartir su conocimiento y pericia mediante charlas, debates, dinámicas y coloquios sobre la innovación de hoy y los retos de mañana. El formato es de carácter relajado, con varios espacios de participación y cenar incluido.