La globalización y el cambio climático están teniendo efectos sobre la salud pública en Cataluña y la tendencia es que cada vez estos efectos serán más perjudiciales para la ciudadanía. Así se desprende de la última Sesión de Salud Pública CSC de este 2019 que estuvo moderada por el jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Vall d'Hebron, Tomás Pumarola. La sesión, que ya se puede recuperar en vídeo, comenzó con la exposición de Mireia Jané, sub-directora General de Vigilancia y Respuesta a Emergencias de Salud Pública de la Agencia de Salud Pública de Cataluña, quien afirmó que Cataluña tiene unas condiciones favorables para su clima "y por hacer de puente entre Europa y África" entre otras cuestiones. Jané repasó los circuitos de notificación para emergencias de riesgo recordando que "hay una bajada de la tasa de cobertura vacunal en países de nuestro entorno". Así, Jané también explicó cómo están abordando esta cuestión y aseguró que "la complejidad de la situación actual nos obliga a trabajar en red".
Luego fue el turno de la jefa del Servicio de Control Epidemiológico y Respuesta a Alertas y Emergencias de la Subdirección de Vigilancia y Respuesta a Emergencias de Salud Pública de la Agencia de Salud Pública de Cataluña, Ana Martínez, quien explicó que los POCS buscan "predecir las situaciones de riesgo por calor, minimizar sus efectos y coordinar los recursos para hacer frente a las olas de calor" y alertó de las cifras y las consecuencias de las olas de calor. Entre otras cifras, Martínez mostró como excepcional pero preocupante, en el año 2018 cuando se detectaron 65 casos de golpe de calor que terminaron con 28 defunciones. En esta línea de las consecuencias del aumento de la temperatura, Marc Marí-Dell'Olmo, técnico superior en salud pública del Servicio de Calidad e Intervención Ambiental de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, advirtió que en el año 2100 en Barcelona podemos llegar a tener hasta cuatro grados más de calor. Marí aseguró que "existe una asociación entre el calor y la mortalidad". Las cifras que mostró Marí también analizaban los efectos según el nivel de estudios y el sexo de la población barcelonesa, así como los efectos en la temperatura por barrios.