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El sector de la salud mental y las adicciones celebra la creación de una comisión parlamentaria de estudio en estos ámbitos

El Parlamento de Cataluña ha aprobado esta mañana la creación de una comisión de estudio de salud mental y adicciones, una decisión aplaudida por las entidades representantes de las personas con problemas de salud mental y adicciones, sus familias y los proveedores de servicios del país, que han sido las promotoras de esta iniciativa. El Consorcio de Salud y Social de Cataluña (CSC) es una de estas entidades que celebra que el Parlamento haya hecho suya una reivindicación histórica, como es la de situar la salud mental y las adicciones como una prioridad de país. A través de esta comisión de estudio, que quedará constituida en las próximas semanas, los grupos políticos que formen parte y el sector diseñarán un plan de trabajo que deberá permitir establecer un diagnóstico compartido sobre las medidas a tomar para reforzar la atención a las personas con problemas de salud mental y adicciones, velar por sus derechos y favorecer la plena inclusión social y laboral.

La pandemia del Covid-19 ha evidenciado la necesidad de revisar las estrategias y la financiación pública de la salud mental y las adicciones en Cataluña para poder dar respuesta urgente a la demanda del país, pero también la importancia de reconocer la singularidad de la salud mental en todos los espacios de interlocución.

Una comisión de consenso

El sector se muestra esperanzado con la puesta en marcha de esta comisión que debe ser un elemento de consenso y útil. Las conclusiones de la comisión de estudio deberían permitir pasar definitivamente a la acción, y así garantizar un modelo de atención integrada centrado en la persona, con un marcado carácter preventivo, de enfoque comunitario, de proximidad y que garantice la continuidad asistencial. Un modelo, que incorpore el reconocimiento del rol activo y empoderado de las personas y sus familias, en colaboración con los profesionales que las atienden, la valoración integral de sus necesidades y una práctica asistencial colaborativa por parte de todas las organizaciones y ámbitos de atención implicados que asegure la planificación proactiva y la atención compartida.